Varias veces dije que Cristina de Kirchner es la persona que más daño le causó a la Argentina democrática y la que más daño le puede seguir haciendo.
La información de estos días confirma que dinamitó nuestro querido país con por lo menos tres bombas conceptuales: Está absolutamente comprobado que Cristina fue la jefa de la asociación ilícita que produjo el mayor robo de fondos públicos de toda la historia republicana. Ella y la mayoría de sus funcionarios y testaferros se enriquecieron ilícitamente de manera descomunal. Todavía faltan las causas donde el latrocinio fue más brutal. Me refiero a los cuadernos de las coimas K. Fue un plan sistemático en complicidad con muchos empresarios argentinos que pagaron coimas gigantescas durante años. Pero la Corte Suprema ya dejó firme la condena a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos y por eso está presa con tobillera electrónica en su domicilio. De todos modos, los valientes fiscales Diego Luciani y Sergio Mola están exigiendo que sea trasladada a una cárcel común. Sus argumentos son rigurosos y contundentes. Dicen que le dieron un “privilegio indebido” y un “trato desigual” ante la ley. Con una dureza poco frecuente, Luciani y Mola calificaron la detención domiciliaria de contraria a la ley y arbitraria. Tal vez por eso lo amenazaron a Luciani como amenazan a medio mundo. Si el dentista no le acomodó los dientes, se los vamos a acomodar nosotros.
Está circulando un “meme” que lo define todo. Aparece Cristina en una remera diciendo: “No hay plata”. Y agrega: “me la robe toda yo”. La cleptocracia de Cristina es uno y solo uno, de los mecanismos con los que hizo implosionar a nuestro país.
Esta enfermedad de la ideologitis, la inflamación de la ideología, está hoy expuesta con todas las letras. Cristina y su ministro Axel Kicillof apelaron a un antiimperialismo de asamblea universitaria y jurásico para expropiar YPF.
El nivel de irresponsabilidad de estos izquierdistas de Recoleta, de estos hippies con Rolex, fue descomunal. Los resultados están a la vista. La justicia norteamericana ordenó que el estado ceda el 51% de las acciones de YPF a un fondo buitre. Así de caro nos sale a todos los argentinos el jueguito de Cristina de querer convertirse en la sucesora de Fidel y Chávez. Así de irracional fue la aplicación de un marxismo fracasado por parte del Kicillof. Hoy todos los argentinos debemos pagar las consecuencias de su masturbación dogmática.
El presidente Javier Milei, mediante un tuit lo calificó de inútil soviético, insultos que ya le había propinado y aseguró que el país va a apelar ese fallo en todas las instancias.
De todos modos, Kicillof en lugar de pedir perdón y hacerse cargo con humildad insistió con sus conceptos presuntamente progres. Dijo que esto era “una nueva agresión de los buitres, que Milei defiende los intereses de los poderosos y extranjeros y que la entrega avanza”.
La foto de aquel día en que Cristina se sintió La Pasionaria con la nuestra, es una muestra patética de un cristinismo obstuso y obsoleto.
Aplauden los camporistas Recalde, Wadito de Pedrito el que trabaja de dialoguista y moderado y ordena a sus lugartenientes vandalizar canal 13 y TN, el Cuervo Larroque, hoy enfrentado a Cristina, Jose Ottavis, aunque usted no lo crea, en primera fila, un oscuro chanta que sigue fingiendo ayudar a los pobres, Juan Cabandié, donde estará Cabandié por estas horas. Al fondo se lo vé a José López el ladrón arrepentido que tiró los millones de dólares de Cristina en el monasterio y que hoy pide detención domiciliaria igual que su jefa. En tercera fila aparece Estela Carlotto, jefa de las Abuelas de Plaza de Mayo y en el escenario, al lado de Cristina, los eufóricos Amado Boudou, otro condenado por ladrón y Juan Manuel Abel Medina a quien no lo votaron ni sus amigos en la última elección de Capital.
Cantaron la marchita, gritaron que estaban combatiendo al capital y según la jueza Preska, el capital los derrotó por goleada y los platos rotos por el cristinismo lo tenemos que pagar todos los argentinos.
Entre lo que robaron los Kirchner y los kirchneristas más los desastres que hizo Kicillof como autor material, llegan a sumas colosales que perdimos todos los ciudadanos. Es cierto que las decisiones políticas no son judiciales. Pero Cristina y Axel, ¿no deberían recibir un fuerte castigo electoral por semejante agujero que nos hicieron?
Esta es la tercera herramienta que utilizó Cristina para demoler el edificio republicano. Fueron violentos y escrachadores feroces con Néstor y Cristina en la presidencia. Y lo son ahora. Amenazas en las redes y en las paredes con pintadas. Destrucción de todo lo que encontraron a su paso en canal 13, carteles insultantes y bosta de caballo en la casa de Espert, humillación y manoseo de movileros de radio y televisión, intimidación de varios periodistas y medios de comunicación. Todo eso fue realizado por dirigentes de La Cámpora. Unos que trabajan con Wado de Pedro y otros con Kicillof. ¿Usted escuchó que Cristina, Máximo, Wado o Kicillof hayan dicho que repudian esa violencia? Silencio cómplice. ¿Usted escuchó que algún tuitero haya pedido disculpas diciendo que ese no es el camino? Silencio cómplice. Tiran las piedras y esconden la mano. Porque los patoteros no son muchachos marginales que lo hacen por plata. No son mercenarios. No. Directamente son actuales y ex funcionarios los que se comportan como matones y dicen que están dispuestos a todo. Fogonean la violencia que, se sabe cómo empieza pero no como termina. Son cobardes porque tiran las piedras y la bosta y esconden la mano.
Cristina ya destrozó los valores de seguridad democrática, mérito, sacrificio y esfuerzo para crecer. No se puede permitir que ahora quieran romper la paz y la convivencia pacífica.
Por suerte hay rayitos de esperanza. Diversos kirchneristas conocidos fueron mostrando ciertas dudas y arrepentimiento. Exigen autocrítica, honradez y se cuestionan el extremismo de sus postulados. Fueron varios pero el más emblemático fue Fito Páez.
En una entrevista con la agencia oficial de España, el cantante fue a contramano de sus posiciones anteriores. Reconoció que “las utopías no sirven para nada y las políticas de izquierda, del marxismo europeo y americano, fracasaron como proyecto histórico. Son inviables. Hay que decirlo sin pudores y sin miedo a la corrección política que es una cosa abominable en estas épocas.” Fito, desilusionado, pero esperanzado en los nuevos tiempos reclamó una autocrítica a cielo abierto y aseguró que no le gusta Javier Milei, pero reconoció que es un gobierno elegido democráticamente y que había procesos impostergables que realizar dentro de la economía argentina.
Fito Páez ya no se auto percibe como progre. Cambia todo cambia. Quien dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón.
Editorial de Alfredo Leuco en El diario de Leuco por LN+



















