Cristina Kirchner, otra vez al banquillo: inicia el juicio por los Cuadernos de las coimas

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Los magistrados remarcan que la causa involucra estructuras estatales y privadas, compras públicas y delaciones bajo el sistema de arrepentidos, por lo que la organización del debate será clave.


Este jueves, el Tribunal Oral Federal N° 7 dará inicio a un proceso judicial sin precedentes: 87 acusados, entre ellos Cristina Fernández de Kirchner, exfuncionarios y empresarios, estarán sentados virtualmente ante la Justicia para escuchar la acusación que dará comienzo al juicio de la causa sobre los cuadernos de las coimas.

Durante el primer mes, la audiencia se transmitirá por Zoom de forma abierta, con la lectura exhaustiva de los requerimientos fiscales que sostienen una de las causas de corrupción más emblemáticas del país.

La apertura será estricta: la participación en la plataforma será obligatoria para todos los imputados y sus defensores. Los jueces Fernando Canero, Enrique Méndez Signori y Germán Castelli detallaron que la lectura abarcará seis expedientes conexos instruidos por el fiscal Carlos Stornelli, donde se reconstruye el presunto sistema de recaudación ilegal vinculado a la obra pública. La agenda se extenderá durante noviembre y diciembre, y el tramo inicial del juicio se prolongará hasta fin de año.

Cristina Kirchner seguirá la audiencia desde San José 1111, donde cumple prisión por la condena en la causa Vialidad. Será la primera vez que la exmandataria enfrente este expediente en el marco de un juicio oral. Una vez terminada la lectura de la acusación, se abrirá el debate formal. Allí, las defensas y querellas podrán plantear nulidades u otras objeciones, aunque la regla indica que los jueces suelen reservar esas decisiones para la sentencia.

Luego llegará el turno de las indagatorias, que la fiscalía —integrada por Fabiana LeónNicolás CodromazGuido Ambrosio y Claudio Nimis— quiere que sean presenciales. Cada imputado podrá hablar o guardar silencio, en un proceso que será seguido de cerca por la opinión pública y la dirigencia política. Después, comenzará la etapa de prueba: más de 440 testigos declararán en audiencias cerradas al público general para evitar influencias entre testimonios. La transmisión abierta volverá recién para los alegatos y la lectura del veredicto.

El tribunal anticipó que el juicio será largo, complejo y de alto voltaje institucional. Con decenas de abogados, cuerpos periciales y testigos estratégicos, el avance del caso podría extenderse por varios años. Los magistrados remarcan que la causa involucra estructuras estatales y privadas, compras públicas y delaciones bajo el sistema de arrepentidos, por lo que la organización del debate será clave.

En paralelo al inicio del juicio, el Tribunal rechazó el pedido de probation del empresario Patricio Gerbi, quien ofreció tareas comunitarias y más de $209 millones para evitar el debate oral, argumentando su rol como arrepentido. La fiscal León se opuso y los jueces marcaron que, tratándose de hechos de corrupción con funcionarios públicos involucrados, no hay margen para suspender el proceso. El mensaje es claro: este juicio se hará, y nadie podrá esquivar el banquillo.

Con la lupa del país puesta sobre Zoom y los tribunales federales, la causa de los cuadernos entra en escena. Lo que comienza ahora no es sólo un debate judicial: es un capítulo decisivo en el análisis del poder, el dinero y la corrupción en la Argentina contemporánea.