Donald Trump fue contundente. Ya tiene en la mira al narco dictador Nicolás Maduro. Esta tarde, a la salida de la reunión de gabinete en la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos confirmó que “los ataques comenzarán muy pronto. En tierra es mucho más fácil. Conocemos las rutas que tienen. Lo sabemos todo sobre ellos. Sabemos dónde viven los malos.” Y agregó que “cualquier país que trafique droga hacia los Estados Unidos está sujeto a ataques”.
La información pura y dura es de alto impacto regional. El gobierno de los Estados Unidos ya declaró al Cartel de los Soles como “organización terrorista internacional”. Y denuncia como su líder a Nicolás Maduro, el actual narco dictador que sojuzga a Venezuela. La definición de la administración de Donald Trump, iguala a Maduro con los jefes del Estado Islámico, Al Qaeda o Hamás.
Por lo tanto, la verdad descarnada es que ahora Trump tiene licencia para matar a Maduro. Está habilitado para impulsar todo tipo de acciones militares para combatir a la conducción de Venezuela que también involucra al cerebro de todo que es Diosdado Cabello. El sucesor de Hugo Chávez está más podrido que maduro. Trump lo tiene en la mira. El Pentágono está, con el dedo en el gatillo.
Dicen que la charla telefónica que tuvieron fue la última advertencia para que renuncie y se abra un proceso de transición que recupere la democracia en Venezuela y que combata seriamente a los narcos. Así de grave es la cuestión.
Trump ya hundió más de 20 lanchas que transportaban cocaína y eso produjo la muerte de más de 70 personas. El Caribe está inundado de barcos de guerra norteamericanos. Y del impresionante porta aviones Gerald Ford, el más grande del mundo. ¿Desembarcarán en territorio venezolano? Difícil. ¿Eliminarán en forma selectiva a Maduro y Diosdado? Obviamente, es imposible saberlo. Pero nada puede descartarse si se trata de Trump.
El gobierno de Javier Milei se sumó a la movida y en la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, exigió que se dispare en forma inmediata la orden de captura a Maduro por sus crímenes de lesa humanidad. El chavismo solo produjo miseria y corrupción. Hay 9 millones de exiliados. Gente que huyó de la irracionalidad económica generadora de pobreza, alrededor de mil presos políticos, censura, represión brutal, torturas en el Helicoide, un gendarme argentino como Nahuel Gallo detenido desaparecido y el latrocinio más grande de la humanidad: se robaron 600 mil millones de dólares.
Y la mayoría de los ladrones pertenecen al generalato que sostiene a la dictadura con sus fusiles. Tal vez por eso, la heroína María Corina Machado, premio Nobel de la paz, hace unos días dirigió su discurso a los uniformados.
Y pensar que a este fascismo de izquierda, a esa tiranía atroz y criminal, el diputado electo Jorge Taiana lo llamó “democracia con fallas”. “Ignorancia auto inflingida”, como definió el periodista Juan Pablo Insalata. El cristinismo mantuvo relaciones carnales y corruptas con el chavismo y por eso nadie condena a esa dictadura, pero se escandalizan porque un militar como Carlos Presti será Ministro de Defensa.
El teniente general tenía 10 años cuando Videla instaló el terrorismo de estado en la Argentina. Nicolás Maduro hoy está en la misma lista de Osama Bin Laden, Kazen Soleimani y Pablo Escobar”.
Le recuerdo que Osama, líder de Al Qaeda y responsable del atentado a las Torres Gemelas y al Pentágono, fue eliminado por Estados Unidos en su guarida en Pakistán.
Qasem Soleimani fue un general de división de Irán y la mano derecha del Ayatolah Ali Jamenei. El máximo jefe militar fue eliminado con drones norteamericanos hace 5 años, por orden de Trump.
Pablo Escobar Gaviria fue el líder absoluto del Cártel de Medellín que intentó escapar de su refugio pero recibió tres balazos que lo mataron. Entre otras versiones, se dice que la operación fue ejecutada por la Fuerza Delta norteamericana. La organización narco terrorista tiene ese nombre por los soles que el generalato chavista lleva en sus uniformes. Maduro tiene vínculos con grupos terroristas como Hezbollah y facilitó pasaportes venezolanos a agentes iraníes.
Y lo más inquietante, dicen que su permanencia en el poder representa una grave amenaza para la seguridad hemisférica de los Estados Unidos.
No hay que olvidar la estafa electoral más grande de la historia de Venezuela. Maduro se atribuyó el triunfo sin mostrar un solo papel.
Y la oposición liderada por María Corina Machado demostró con sus planillas que Eduardo González Urrutia había ganado por paliza las elecciones y era el presidente electo.
En aquella trampa y fraude estuvieron presentes argentinos ultra izquierdistas chavistas y kirchneristas, antisemitas sin votos, como Hugo Yasky, Daniel Catalano, Atilio Borón, Ariel Basteiro y Roberto Baradel. Todos apoyan a dictadores que violan sistemáticamente los derechos humanos como Maduro, Díaz Canel en Cuba o Daniel Ortega en Nicaragua.
Todo comenzó con la alianza de negocios sucios entre Hugo Chávez y Néstor Kirchner.
El intercambio es impresionante y no se conoce lo suficiente. Los funcionarios de Jamenei, le proveyeron misiles y los drones de ataque más sofisticados que no tiene ningún otro país de la región. Pero lo más grave es el aporte que hace Maduro al desarrollo nuclear de Irán que en la guerra de los 12 días fue destruido parcialmente.
Venezuela, en forma clandestina, aporta toneladas de uranio para que Irán los pueda enriquecer. El gobierno de los Kirchner también envió tecnología nuclear a Irán por intermedio de Hugo Chávez. Ese fue el germen del tenebroso pacto con Irán que les dió impunidad a los autores intelectuales y materiales de haber dinamitado la AMIA y la embajada de Israel.
El “tiranozuelo” Maduro sabe que puede terminar preso, o algo peor. En su momento, acusó al presidente Javier Milei de ser un “mal parido nazi fascista”.
Todos los caminos del narco terrorismo conducen a Maduro. Y Trump lo tiene en la mira.
Editorial de Alfredo Leuco en LN+



















