Las mentiras K sobre Santiago Maldonado

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El jefe del operativo, cuando no, fue el agente de inteligencia Horacio Verbitsky, vacunado vip, que tituló en Página 12: “Macri ya tiene su primer desaparecido”, más como una expresión de deseo de su fanatismo resentido que con rigurosidad informativa.

Querían que Cristina y sus fanáticos pudieran tener argumentos para decir “Macri basura/ vos sos la dictadura”. Eso superó todos los límites. Ese montaje fue muy grave porque violaron algo sagrado como es la figura de los verdaderos detenidos desaparecidos.

Toda esa farsa se desmoronó el 27 de noviembre de 2017. Fue cuando 55 peritos, entre los que estaban los de la familia, en forma unánime concluyeron por escrito y ante el juez Gustavo Lleral que Santiago Maldonado no había sido secuestrado ni golpeado, ni torturado,  ni arrastrado ni plantado en el río Chubut. Que había muerto ahogado en esas aguas heladas. ¿Escuchó bien? No uno ni dos ni diez peritos. Fueron 55 los que llegaron a la misma conclusión. Incluso los que puso la familia Maldonado.

Y como si esto fuera poco, el testigo E, como se conoció a Lucas Naiman Pilquiman, mintió diciendo que se lo había llevado la gendarmería. En realidad, el cometió el delito de falso testimonio y el de abandono de persona porque estaba al lado de Santiago Maldonado cuando se ahogó. Y no hizo nada para ayudarlo. Algo parecido pasó con Matías Santana, el violento lugarteniente de Facundo Jones Huala. En su momento dijo que había visto con unos binoculares y subido a un caballo como un camión de la gendarmería se llevaba a Santiago a los golpes. Jamás se encontraron los prismáticos y después, quedó claro que era una mentira para que unos inescrupulosos abogados kirchneristas enviaran una queja a la comisión Interamericana de Derechos Humanos. El papelón y la vergüenza ajena lograron status internacional. Santana tiene varias causas abiertas por invasión de propiedad privada, agresión a las fuerzas de seguridad y cortes de ruta. Un caradura que debería estar preso.

Horacio Verbitsky como comandante del CELS al que redujo a la servidumbre ideológica, con Bonafini, Carlotto y otros organismos menores, cometieron el peor  de los delitos de lesa indignidad. Intentaron tirarle un desaparecido al presidente Macri.  Una mentira grande como la Patagonia que repitieron muchos para periodistas y artistas, desesperados porque la realidad coincidiera con sus expresiones de deseo.

Hoy es patético ver la filmación de aquel momento de Cristina. La ex presidenta, que en su sobreactuación, hasta llevó una foto de Maldonado a una misa del obispo Fernando Maletti donde fue increpada por la hoy fallecida madre de una víctima del siniestro de Estación Once. “Asesina”, le gritó la madre de Tatiana Pontiroli.

Cristina participó de una misa por Santiago Maldonado | Perfil

La negación de la militancia K fue tan grande que aún hoy siguen hablando de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado como si hubiera sido asesinado en una mesa de tortura en un campo de concentración clandestino o en la ESMA.

Oficialmente, el gobierno argentino, a través del secretario de derechos humanos, Horacio Pietragalla insistió con sus falacias y aseguró que “se cumplen 4 años de la desaparición” de Maldonado.

Alberto, el 5 de agosto de 2017 escribió en Twitter que “dejen de mentir y crear una incertidumbre inexistente. Santiago Maldonado se ahogó. En democracia no podemos jugar con la desaparición forzada de personas. Hijos de puta”. Perdón por el insulto pero es textual lo que escribió hace escasos 4 años el actual jefe de estado.

¿Se da cuenta del mamarracho que hicieron? No es Patricia Bullrich ni Fernando Iglesias ni Waldo Wolf. Es el propio presidente de su gobierno, Alberto el que dinamitó esa mentira. Por Twitter y también por televisión donde aseguró que Macri y su gobierno no tenían nada que ver.

Es tan grande su necesidad de que la historia se repita, que intentaron convertir al joven artesano en una suerte de Che Guevara de estos tiempos, llevando su imagen barbada y sus ojos tristes a afiches, banderas y a una película que cierra un capítulo nefasto: la apropiación de la figura de Santiago Maldonado. Hoy Maldonado quiere ser elevado a la categoría de mártir kirchnerista cuando se trataba de un artesano tatuador anarquista que murió ahogado en un río e insisto abandonado en forma oportunista por los que usurpan también la cultura mapuche.

Y, encima, el intento de consagración de la mentira con la película. “El camino de Santiago”, se llama y fue dirigida por la obsecuencia chata de Tristán Bauer. El guión es de Florencia Kirchner y Omar Quiroga (que le supo escribir los textos a Diego Capussotto). La producción, entre otros es de Osvaldo Papaleo quien supo ser el secretario de prensa de Isabel Perón y amigo de José López Rega, (a) “El brujo”, el fundador y ejecutor de la Triple A, un grupo parapolicial que asesinó a mansalva a militantes de la izquierda y de los derechos humanos entre otros.

Es muy cruel que se utilice en forma tan burda la muerte accidental, dolorosa como toda muerte, pero falsamente heroica de Santiago Maldonado.

No hubo secuestro, ni desaparición ni tortura ni asesinato. Pero ellos redoblaron la apuesta. Su principal enemigo suele ser la realidad. Ojalá un día lo comprendan y respeten a los verdaderos secuestrados, desaparecidos y asesinados en las catacumbas del terrorismo de estado. Ojalá.

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre