El oficialismo bonaerense se presenta bajo la coalición Fuerza Patria, tras el (forzado) acuerdo entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa que buscan mantener el control territorial y legislativo.
La provincia más poblada del país está en plena cuenta regresiva rumbo a las elecciones legislativas locales. Aunque las grandes alianzas están definidas y han sido presentadas oficialmente, el misterio se mantiene en torno a las listas, que se conocerán en los próximos días y serán decisivas para terminar de configurar el escenario electoral. Mientras tanto, la Libertad Avanza lidera en intención de voto y el oficialismo bonaerense busca evitar el ingreso de la motosierra al distrito.
En septiembre se definirá la composición de Legislatura local de PBA, pero en realidad está en juego mucho más que eso. El distrito más poblado del país dará definiciones sobre lo que para algunos partidos es una agonía tras la irrupción de Milei: el PRO se incorporó al espacio sin muchas más opciones y ahora el peronismo busca pasar la prueba y apuesta al agotamiento del modelo libertario para marcar territorio de cara a las legislativas nacionales del mes de octubre.
La fuerza que lidera Javier Milei, aparece en muchas de las encuestas bonaerenses como primera en intención de voto, amenazando con reconfigurar un mapa históricamente dominado por el peronismo que -a pesar de las internas- busca la unidad para lograr una buena elección.
El oficialismo bonaerense se presenta bajo la coalición Fuerza Patria, tras el (forzado) acuerdo entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa que buscan mantener el control territorial y legislativo.
Fuerza Patria está conformado por el Partido Justicialista bonaerense, el Frente Renovador, el Frente Grande, La Patria de los Comunes, Kolina, Nuevo Encuentro, Patria Grande, Principios y Valores, Partido del Trabajo y del Pueblo, Unidad Popular, Partido de la Victoria, Acción Marplatense, Innovar, el Partido Comunista, Izquierda Popular y Libres del Sur.
¿Quién se queda con la lapicera? Tras las idas y vueltas dentro del espacio peronista y la feroz interna protagonizada por Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner, la conformación final de la lista será clave para determinar quién logró imponer su visión dentro del frente. Si se consolida la influencia de Cristina —desde su actual prisión domiciliaria— o si el armado refleja una aceptación, aunque sea parcial, del recambio que impulsa Kicillof, que defina el rumbo del peronismo bonaerense en esta etapa.
Por otro lado, Somos Buenos Aires, se conformó tras la alianza entre Emilio Monzó, Facundo Manes y Juan Schiaretti con el peronismo no K e intendentes. Este frente de centro aglutina a la Unión Cívica Radical, Coalición Cívica, GEN y suma además a intendentes peronistas disidentes como Fernando Gray y Julio Zamora, que buscan dar pelea al oficialismo desde una alternativa moderada.
El PRO permanece en modo acuerdo: El gran terremoto político lo genera La Libertad Avanza, que selló un acuerdo con el PRO para disputar con fuerza la provincia.
Karina Milei, junto a Sebastián Pareja y Martín Menem, encabezó las negociaciones por el oficialismo nacional. Del otro lado, Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro representaron al PRO, que llegó a la mesa con poder limitado. El acuerdo fue funcional para ambos: para La Libertad Avanza, significó asegurar volumen electoral en territorio bonaerense; para el PRO, evitar quedar desdibujado frente a los pobres números que, por separado, le anticipaban las encuestas.
Además, el espacio Potencia, que reúne al Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y a UNIR, busca posicionarse como alternativa anti K y de renovación. Del otro lado, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U) mantiene su propuesta, mientras que Nuevo MAS y Política Obrera competirán por separado, con el objetivo de fortalecer su representación.
Entre los espacios políticos más importantes y los menos relevantes, en total serán nueve frentes los que competirán en las elecciones bonaerenses del mes de septiembre. Aunque las alianzas ya están confirmadas y publicadas oficialmente, el armado final de las listas de candidatos es el secreto mejor guardado de esta campaña.
En la provincia de Buenos Aires se votarán legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares; el territorio concentra el mayor porcentaje electoral del país, con más de 13 millones de votantes habilitados.
El cierre de listas será el próximo 20 de julio y allí se conocerán las candidaturas definitivas.
Este momento será clave: las negociaciones internas de cada frente están en su recta final por la definición de quiénes serán los candidatos titulares y suplentes.
Los nombres que finalmente encabecen las listas serán decisivos para atraer votos, definir estrategias territoriales y marcar la agenda política que probablemente se extienda a la lógica del armado nacional para el mes de octubre.
El dato que sacude el tablero electoral bonaerense es el sostenimiento de La Libertad Avanza en intención de voto. La fuerza que lidera Milei sigue capitalizando el hartazgo de un electorado que busca renovación, pero su propia agenda económica podría condicionar ese crecimiento.
Mientras el oficialismo bonaerense buscará retener sus bastiones históricos, más allá de renovar bancas en la Legislatura provincial, estas elecciones son la prueba de fuego para medir el ánimo social y la fortaleza política de cada fuerza.
La preponderancia de La Libertad Avanza desafía a los partidos, que deben reinventarse para no perder terreno en un escenario fragmentado e incluso a su detrimento, con votantes cada vez más volátiles. El resultado no solo ordenará la Legislatura provincial, sino que marcará el pulso de los liderazgos internos, pondrá a prueba las nuevas coaliciones y anticipará el clima electoral de cara a octubre.